Efectivamente, en el mundo perfecto sucede que cuando quieres fiesta... hay fiesta!
Los cuates nunca traen mala actitud ni ponen cara cuando los llevas a una fiesta bizarra...
No se aburren ni incomodan porque traen la fiesta dentro (en los corazones...), lo que elimina del mundo perfecto esos momentos de incomodidad y silencio en los que lo mejor que uno puede hacer es quedarse sentado en las sillas metálicas, en hilerita todos, y en silencio, mirando a todos los demás invitados con extrañeza y recelo.
Y bueno, gracias a la perfección del mundo perfecto, en el mundo perfecto no hay que esperar a que la fiesta se ponga buena una vez que todos estén bajo los efectos del alcohol, porque de hecho desde que uno llega hay alcohol y eso... eso le llena a uno el corazón de alegría y gozo! Y así, el espíritu festivo no se hace esperar.
Así son las fiestas en un mundo perfecto...
Un ridículo más de la política Mexicana
Hace 7 años
1 comentario:
ya el faisaaaalllll jajaja
Publicar un comentario